miércoles, 29 de abril de 2009

Capitulo 10

CAPITULO CAMBIO DE MARCHAS (10)

El tiempo pasó y un frío invierno azotó la ciudad. Las calles estaban nevadas y millones de niños disfrutaban de los muñecos de nieve en la acera. ¿y qué hacían nuestros chicos mientras tanto? Pues retozar como conejos, ¿que si no?

Jensen había pasado es casa de su mecánico un par de semanas más hasta que se había recuperado totalmente, e incluso cuando volvió a su propia casa, se pasaba el día en la del alto alegando que su casa era solitaria y triste.

Además, tenían que seguir conociéndose…a fondo.

Si casi parecía que estaban en cuarentena. “No salir de la cama bajo ningún concepto”. De hecho, parecía que el mundo se hubiera acabado y que el futuro de la especie dependiera de ellos dos, aunque claro, siendo ambos hombres, era difícil.

Pero claro, eran personas adultas, y había que hacer algo más que retozar, aunque si no era absolutamente necesario por ellos no saldrían de cama nunca jamás en la vida.

Los dos chicos estaban en la cama del alto. Jared tenía a Jensen rodeado con el brazo, este estaba con la cabeza pegada al pecho del alto y con su mano le hacía circulitos alrededor del ombligo con el dedo índice.

Había estado pocas veces en la habitación de Jay, siempre se dedicaban a follar en cualquier parte menos en una cama, pero al final, hacerlo encima de la mesa de la cocina no es tan bonito como lo pintan en las pelis, no cuando te estás desollando la nuca con el tenedor de madera.

Así que esta vez lo habían hecho en una cama grande, blanda, y calentita. Su cuarto estaba lleno de sticks, pósters y camisetas de los Stars, de Dallas, que aunque no era su ciudad natal, era el único equipo de hockey sobre hielo de Texas.

Jensen recorrió con la mirada toda la decoración del cuarto de su novio hasta que fijó la vista en una foto colgada en el corcho de él con alguien muy parecido a él, supuso que sería su hermano, con un trofeo de hockey.

- Jay... -su voz sonó alargada y musical.

- Dime - el alto acarició el pelo del rubio con delicadeza.

- Sabes jugar al hockey - no era una pregunta, era una afirmación - ¿se te da bien?

- ¿Sobre hielo? Sip.

- Ahh… - le miró a los ojos e intentó poner unos ojos de cachorro similares a los que le ponía el moreno cuando quería algo. - ¿Me enseñas?

- ¿Ahora? - un flashazo de ellos dos desnudos jugando al hockey en su salón le taladró el cerebro. Que sumamente erótico.

- No tonto, mañana.

- Bueno...si claro, ¿por qué no? Creo que tengo una equipación de sobra, te estará un poco grande, pero bueno, tú estás bien con cualquier cosa.

El pecoso se ruborizó y Jared le besó las mejillas coloradas.

……………………………………….

A la mañana siguiente Jensen estaba preparado y listo para salir a jugar al hockey, estaba tan emocionado como un niño en su primer campamento. Jared salió de su casa con una bolsa de deporte gigante, en la que llevaba los patines, dos cascos y algunas rodilleras. No quería que su pequeño se lastimase el primer día.

- ¿Y los sticks? -preguntó Jen al ver que no estaban por ninguna parte.

- Ah… - se acercó a un coche enorme que había en la acera, lo abrió con el mando a distancia y abrió el maletero, levantó una tapa donde se guardaba la rueda de recambio, solo que a parte de la rueda había dos sticks cruzados. Jen le miró con cara de circunstancia - nunca se sabe cuando voy a jugar al hockey. - puso una sonrisa de disculpa y colocó la bolsa en el maletero.

- Joder, que preparado - retrocedió un par de metros para admirar el coche, sin duda era enorme, al igual que su novio. Jamás había conducido un coche así, y se moría de ganas por hacerlo. Sus ansias se debieron reflejar en sus verdes ojos puesto que el alto se lo preguntó a continuación.

- ¿Quieres conducirlo?

- ¿Si? ¿Seguro? - Jared asintió y antes de decir está boca es mía, Jensen ya estaba con el pie en el acelerador y con las manos frotando el volante. Jay no pudo evitar reírse a la vez que se sentaba en el lado del copiloto. Su novio, a pesar de ser cuatro años mayor que él, siempre se comportaba como un niño, y eso le hacía totalmente adorable.

………………………..

El viaje duró un par de horas, sin duda viajar con Jensen como piloto se podía decir que era lo más seguro del mundo. Ya podían estar cayendo meteoritos del cielo que el rubio los esquivaría todos sin siquiera dejar una sola marca en la brea de la carretera.

El lugar al que fueron fue un lago totalmente congelado. Jared le contó en una ocasión que allí era donde solía ir con su familia para jugar en las vacaciones de Navidad. Un lugar apartado, tranquilo, y totalmente congelado para disfrutar al máximo del su deporte favorito.

- Ya hemos llegado - el pecoso aparcó a la orilla del lago cubierto de hielo. Estaba maravillado ante aquel majestuoso lugar. Jamás había estado en ningún sitio parecido. Y que Jared le hubiera traído con él, a su sitio preferido, solo de él y de su familia, le hizo sentirse especial.

- Bueno, patinar sabrás ¿no?

- Sip, bueno, un poco, sé defenderme.

- Vale no te preocupes, no dejaré que te caigas.

Ambos se pusieron los patines, los cascos, Jensen se colocó las rodilleras y cogieron los sticks y el puck y entraron en la superficie helada. Al principio Jensen se cayó varias veces de culo, pero poco a poco le pilló el truco.

Jared le enseño primero lo básico, pero el rubio era un excelente alumno y acabó por enseñarle trucos super complicados que tardó más en dominar.

Hubo risas, hubo pausas, hubo besos. Hubo de todo en esa pista de hielo.

Al caer la tarde, Jensen estaba exhausto, no estaba acostumbrado a los patines y tenía las caderas reventadas. Se encontraban en el medio de la pista cuando empezaron a volver hacia el coche.

- ¿Qué tal entonces?

- Bua, de puta madre, me lo he pasado como un enano.

- Como lo que eres - Jared puso cara de “eh, ¿Quién ha dicho eso?” y el rubio se picó.

- Ah si? Te vas a enterar - echo a patinar a toda leche hacia él, pero el alto era mucho más rápido que él por lo que evitarle fue coser y cantar.

En una de estas, Jensen tropezó con una pequeña piedra de hielo que había en su trayectoria y voló, literalmente por los aires aterrizando de morros. Se golpeó la cabeza, que para su suerte estaba protegida por un casco, pero su rodilla se retorció de una manera un tanto dolorosa.

- Ahh, ostias. - se giró rápidamente, y se palpó la rodilla, no parecía grave, simplemente los ligamentos habían cedido un poco, le dolería un par de días.

- ¡¡Jensen!! - Jared corrió hacia él. Pero entonces sin siquiera preverlo el suelo que pisó se hundió bajo sus pies haciendo que el alto se colase de lleno en el agua helada.

El rubio solo vio dos escenas, a su novio corriendo hacia él y desapareciendo ante sus ojos tragado por el hielo.

- JARED -se levantó a duras penas, la rodilla le dolía como mil demonios, pero su novio estaba en el agua, helada, bajo una enorme y gruesa capa de hielo. Que le jodieran a la rodilla.

Al llegar a la altura del boquete en el hielo, Jen reptó por el hielo, puesto que lo de mantenerse de pie era imposible, metió la mano en el agua, y de no ser porque hacía horas que había comido, se le habría cortado la digestión en el acto. Comenzó a gritar el nombre de Jared hasta la saciedad, pero al final notó como un brazo le agarraba el suyo propio.

Tiró como un condenado del brazo, pero el cuerpo de su novio pesaba demasiado, si ya de por sí pesaba 100 kg, sumado el casco, los patines, la ropa y etcétera, etcétera, era demasiado para su muñeca. Pero siguió tirando, no pensaba marcharse de allí hasta salir con su novio. Sintió como su cuerpo se resbalaba también hacia el agua, ya tenía la mitad del tronco dentro y sus pulmones se estaban llenando de agua cuando con la otra mano se sujetó firmemente al borde del hielo y tiró todo lo que pudo, notó como su mano se desenganchaba, literalmente, del resto de su brazo. Mierda, mi muñeca. Tenía la muñeca frágil, en una ocasión se le abrió y esas cosas nunca terminan de curarse. Un pinchazo agudo le recorrió todo el nervio del brazo, pero su novio se estaba ahogando y no lo podía permitir.

Al final, sin saber muy bien como, consiguió sacar medio cuerpo de Jared a la superficie, y el resto lo sacó a base de tirar de su ropa.

Poco a poco el alto recuperó la consciencia, ni siquiera hizo falta el boca a boca, era un excelente nadador, y había aguantado bien la respiración, pero eso de salir de un lago helado por pie propio era complicado hasta para Michael Phelps. Tosió un par de veces, para desalojar totalmente sus pulmones de agua y alzó la vista para encontrar a su salvador.

Jensen estaba tumbado boca arriba, sujetándose la mano contra el pecho y con una pierna rígida. Jared se acercó a él tiritando y observó cómo de su cara bajaban a toda velocidad lágrimas.

- ¿Qué te pasa Jen? ¿te duele la mano? ¿te he hecho daño?

- No… - solo le salía un hilo de voz - bueno si…pero no es eso….joder…Jared…casi te ahogas…por mi culpa…yo…..no se que haría si te pasa algo….yo…

- Shhh, shhh - el alto abrazó fuertemente a Jensen a pesar de estar tiritando como un demonio - ya ha pasado todo, no me ha pasado nada, vale? Todo esta bien, shhh.

Poco a poco el rubio se tranquilizó y se levantó con ayuda del alto. Se quito los patines puesto que con la rodilla mal no podía moverse bien. Y le tocó ir hasta la orilla descalzo, con unos calcetines llenos de sudor. Sin duda iban a estar en la cama una buena temporada pero no precisamente para follar.

TBC

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