domingo, 31 de mayo de 2009

Capitulo 14

CAPITULO CLAXON (14)

- ¿Sr. Padalecki? - abrió lentamente los ojos. Noto un pequeño meneo en el brazo - ¿Sr. Padalecki?

Terminó de abrir sus cristalinos ojos y vislumbró al Dr. Manners que le miraba con sorpresa. Giró la cabeza y vio a Jensen con una bandeja de comida en el regazo y aguantando una risa.

Se incorporó a toda velocidad, y se pasó la mano por la boca.

Mierda, babas.

- Perdone, me quedé dormido. - se ruborizó como una cosa tonta.

- No, si no pasa nada - el doctor le sonrió amablemente - yo hubiera hecho lo mismo, pero aquí el amigo se queja porque tiene hambre y no puede comer, y yo tengo que irme a las consultas. - Jared miró hacia donde Jensen y le vio sosteniendo una cuchara con la mano izquierda pero el chico no tenía buen pulso que se diga. Vamos que parecía un terremoto de grado 7.

El alto se acercó a la cama del rubio con una silla a la par que el doctor salía de la habitación. Le quitó la cuchara de la mano temblorosa y la llenó en el cuenco de ¿sopa?, ¿sopa…..verde?

- ¿De veras vas a comerte esto?

Jensen le miró asqueado.

- Que remedio tío, llevo sin comer nada desde ayer a la hora de la comida. A ver a que sabe…

Jared le metió cuidadosamente la cuchara en la boca y la sacó a continuación. Observó expectante la reacción de Jensen. Saboreó y saboreó y le dio vueltas en la boca. Finalmente tragó y dio su veredicto.

- No esta mal.

Siguió comiendo hasta la mitad del plato, y en una de estas, miró al interior y vio que los bordes del plato estaban verdes moco. Al ver la cara de asco que puso, Jared paso un pañuelo por los bordes, pero, para sorpresa de los chicos, los posos seguían allí, un poco mas alarmados, Jared intentó rallarlos con las cuchara, pero no se quitaba ni de coña.

El alto fue a tirar el contenido del plato al baño y cuando volvió, encontró al rubio debatiéndose entre la vida y la muerte a base de arcadas.

- Jay…joder…que vomito….

- No no no no no, toma - cogió una galleta de la bandeja - come corre.

El pecoso masticó aceleradamente y tragó, lo acompaño con un infinito tragó de agua y poco a poco se le fueron pasando las nauseas.

- Joder, si parece que me estaba comiendo al bicho de los Ghostbusters. Que puto asco. Jared, me quiero ir de aquí.

- Si claro y que mas.

Ambos chicos miraron hacia la puerta para ver quien había dicho eso. Chris estaba plantado delante de ellos, con su larga melena y una carpeta.

- Coño, Kane, que bien te veo.

- Siento no poder decir lo mismo, tío. Me enteré esta mañana. Un tal Chad me dijo que había sido Eric, ¿es…es cierto?

Jensen bajó la mirada. No quería que nadie más se viera involucrado. Bastante tenía con haber metido en el lío a Chad.

- Jen…me lo tomaré por un sí. Tienes que hacer algo tío.

- ¿Qué hago? ¿Qué coño hago Kane? - alzó un poco la voz. - No tengo nada para atacarle. Solo un cuerpo con el que pelear y mira como he acabado.

- Yo... - Kane alargó el brazo hasta una silla y se sentó al lado de Jared. - He estado investigando cosas… e incluso, me he tomado la libertad de enviar los resultados de los análisis de sangre que me envió Jared.

- ¿Sangre? ¿Qué sangre?

Jared agachó la cabeza como un perro arrepentido. El rubio miro ente confuso y enfadado al alto.

- JARED ¿QUÉ SANGRE?

- Yo…lo siento Jen, no quería que te disgustaras, pero teníamos que hacer ver al jefe que no te metías nadas.

- ¿Qué? ¿Pero qué….como? - el rubio no entendía nada, bueno, algo si, entendía que todo el mundo estaba compinchado menos el.

- El otro día cuando te limpié las heridas de los nudillos - el pecoso se miro la venda de la mano, todavía le dolían - llamé a Chris y le di las gasas con tu sangre para que la analizaran…

- Y los resultados son totalmente negativos. Las enfermeras dicen que la única droga que has tenido en el cuerpo es la de los antiinflamatorios. Que estas totalmente limpio. Se lo enseñe esta mañana al jefe.

Unos ojos esperanzadores alumbraron la cara de Jensen.

- Entonces, ¿podré volver a correr? ¿Podré ir al último campeonato?

Chris le miró apenado.

- Me temo que no es tan fácil. Necesitamos más pruebas, Eric todavía tiene la grabación, y a no ser que tengamos algo más, no podemos hacer mucho. En un juicio perderías fácilmente ya que podrían acusarte de manipulación de los resultados de los análisis. Mira Jen, Eric es un tío muy poderoso. Dispone de los mejores abogados. Pero te lo digo desde aquí - le agarró la mano buena - no voy a descansar hasta que ese cabrón malnacido pague por lo que te ha hecho.

- Gra...gracias.

Jared vio conmovido la escena y no pudo resistirse a poner su manaza encima de la de los dos hombres.

- Estamos juntos hasta el final.

…………………………………………………………………………………………

- Maldita sea.

- Tranquilízate Rob.

- ¿Qué me tranquilice? ¿Qué me tranquilice? ¿Cómo coño quieres que me tranquilice Eric? ¿Cómo?

- No me hagas abofetearte.

- Pero… ¿no lo entiendes? Alguien encontró a ese niñato en el callejón y la prensa ha acudido a acosarle a preguntas. ¿Y si lo cuenta todo?

- No te preocupes, ya se ha ganado la fama de drogadicto. No creo que le crean mucho de lo que diga.

Robert Singer, el abogado de Eric, no paraba de dar vueltas por la habitación, en cambio, Eric, meneaba tranquilamente un whiskey en su mano.

- Todo esta bien Rob. Lo tengo todo bajo control. No me vio nadie salir del callejón así que todo esta bien.

- Mas te vale - le amenazó con un dedo.

- Si, y en todo caso, sería algún yonkie asqueroso. A esas horas en esa zona es lo único que hay.

- Tú vigila tu trasero, niño. No le subestimes. Jensen Ackles es duro de pelar.

TBC

miércoles, 27 de mayo de 2009

Carta de despedida a mi niñez

Hoy es el ultimo dia. El ultimo momento. El ultimo segundo. El ultimo aliento de vida de una niña que se ha hecho mayor, tal vez porque le toque, tal vez, no se, tal vez ni siquiera se haya hecho mayor, quizas siempre fue mayor. Quizas, la vida la hizo madurar precipitadamente y por eso nunca se sintio encajada en el circulo de amigos.

Pero a esa niña la da igual, ellos se lo pierden.

Adios a mis juegos infantiles, adios a esos pucheros que conseguían sacarme de cualquier lio, adios a esas tardes libres en las que mi máxima preocupacion era elegir el juguete que me iba a llevar al parque. Adios a esa sencillez a la hora de hacer amigos.

- Hola.

- Hola.

- Me llamo Blanca, ¿quieres ser mi amigo?

- Claro

......

Hola angustia por tener que satisfacer a todos, hola a ese esforzarte al maximo para conseguir algo que ni siquiera quieres conseguir, solo para que alguien este orgulloso de ti y que encima no lo demuestre. Hola al tiempo reducido que me queda para vivir.

Pero es ley de vida, como dijeron algunos sabios: Naces, creces, te jodes y mueres.

Solo son 18 años, pero 18 años...para mi es demasiado tiempo. Son demasiadas experciencias acumuladas. Es una guarderia, un preescolar, una primaria, una secundaria, un bachiller y una proxima selectividad. Experiencias que solo tendre una vez en mi vida.

Conocer gente nueva, despedirse de la antigua, arreglar viejos lios, formar unos nuevos, decisiones, decisiones y decisiones, algunas importantes, otras estupidas. Pero todas ocupan largo tiempo mi cabeza.

Una conciencia del tamaño de Texas, que me vigila constantemente y me avisa de que mi karma esta al acecho y que a la primera que la cague, una tormenta descargara sobre mi cabeza.

Pero es tiempo de crecer, puedo aceptarlo o no, pero es una realidad.

Siempre podre echar mano de esos bonitos recuerdos de mi infancia que espero no olvidar jamas. Asi que Campanilla, vela por mi desde el Pais de Nunca Jamas. Porque es tiempo de marchar.

Y se, que si me voy, jamas regresare, porque a los adultos no les dejan entrar en el Paraiso.

Me despido sin mas, de mi infancia y saludo a la cruel etapa adulta que esconde un cuchillo en el bolsillo.

FIN

domingo, 24 de mayo de 2009

Jolines Jolines

No, no me quejo, como me voy a quejar, dentro de nada cumplo 18 (y si, me sienta como una patada en el culo con un patin de icehockey) pero por suerte tengo un monton de gentecilla que me va a hacer unos regalitos estupenderrimos.

Empezando por Silvia que me ha escrito un pedazo fic ultra largo y ultra APOPOSO de la muerte, que me dieron cuatro infartos vaginales según lo leía. Tía, para que luego digas que escribes mal. Ya te vale, que se te va toda la hojarasca.


Mi compi de ligues Nito (con la que comparto a Daneel Harris) me ha hecho unas cositas photoshoperas que la hace mucha ilu darme, fijo que son pechipechiosas y me muero del amor y no sabre que ponerme jo!.

Mi novia o como dice ella mi petarda/terroncito amoroso de mis sueños azucarados (se te fue el panchito piti ¬¬) puede que me haga videoconferencia desde..EL ASYLUM *chilla como una histerica* terron, te quiero mil y lo sabes.

Anav me tiene super intrigada porque me va a enviar algo a MI CASA *se muerde las uñas de los nervios* que sera...que sera.... diosss

Chaouen, mi niña hurtiana y formula unista favorita me tiene preparado un regalito muuuu especial que como lo consiga me va a dar algo. Te quiero muchisimo no lo olvides!!!

Mi prometida Kalena (que cumplimos años el mismo dia) me va a regalar una super frikada supernaturaliana que me voy a morir de la emocion *achucha fuerte*

Julen me mandara un mail super cachondo y me reiré hasta la saciedad.

Maat, la pelirroja pizpireta, me hara cosinas con el PS, que como sean como las que me enseño anoche me morire de un orgasmo. JO.DER

Y...no se si tendre mas regalitos *aplaude feliz* pero vamos, que ojala fueran todos los dias mi B-Day para tener tanto cariño por parte de mis pervs favoritas.

Jolines! Os quiero un monton, valeis todas y cada una mil y ... y... joder! Que os quiero coño.

Por mi parte nada mas.

Sed felices. Menos tu Handy, tú puedes pudrirte en el Infierno.

Bechos a tod@s

viernes, 15 de mayo de 2009

Capitulo 13

CAPITULO GUARDABARROS (13)

Jared se alarmó nada más ver el número de Chad reflejado en la pantalla de su móvil. Antes del segundo tono, Jared ya estaba pegado al auricular.

- ¿Sí? ¿Qué ha pasado?

- Jared...estoy en el hospital.

- ¿QUÉ? - su voz sonó desesperada - ¿por qué? ¿qué ha pasado? ¿Jen está bien?

- Parece que el tal Kripke no fue solo a su cita con Jen, y le han dado una paliza.

Unas lágrimas resbalaron aceleradamente por la cara del moreno y su respiración se aceleró, Chad se dio cuenta en seguida de eso por lo que le trató de calmar.

- Tranquilo, Jay, él está fuera de peligro.

- ¿Fuera de peligro? Osea que hubo un momento en el que su vida corrió peligro. Joder Chad, soy la puta escoria. Voy para allá

- Vale, pero tranquilo por favor, no sirve de nada que tengas un accidente tú también.

- Tío, mi novio casi se muere y tu quieres que me tranquilice - cuando dijo esto ya estaba en el coche - llego en diez minutos.

Colgó sin dejar contestar a Chad, tenía razón, debía calmarse, matarse con el coche era lo menos apropiado.

Llegó en el tiempo estimado y cuando entró en la recepción del hospital, prácticamente asaltó a una enfermera.

- Perdone, ¿sabe cual es la habitación de Jensen Ackles?

- ¿Es usted periodista? - Jared la miró asombrado, ¿a qué coño venía eso?

- No, ¿ve usted alguna cámara o un micrófono?

- ¿Pariente cercano? - monocorde, la tía era totalmente monocorde

- No, soy su…

- Entonces no puede pasar.

-¿QUÉ?

- Jared!! - Chad se acercó corriendo desde el final del pasillo - por aquí.

El alto echó a correr en dirección a Chad, haciendo oídos sordos a los gritos de la enfermera.

A la entrada de la habitación de su novio había acampados una decena de periodistas, que nada más verle le abordaron a preguntas.

- ¿Es usted familiar de Jensen?

- Amigo especial, tal vez

- ¿Ha tenido una sobredosis?

- ¿Es cierto que le expulsaron del campeonato por consumir drogas?

El alto se mareó con tanto atosigamiento y Chad comenzó a echar a gritos a los carroñeros.

Entraron en la habitación y Chad cerró con llave para que no les molestaran, cerró del todo las cortinas de la ventana ya que no sabía de qué eran capaz esos buitres dejando unos milímetros de visibilidad. A lo mejor se inventaban cualquier chorrada.

Al moreno se le cayó el mundo encima cuando vio a su chico con una sonda en la nariz y otra en el brazo terminada en una bolsa de suero. Tenía la cara llena de cortes y moratones y algunos puntos, un cabestrillo en el brazo derecho con su muñeca abierta aprisionada en un fuerte vendaje.

No llevaba uno de esos babis gigantes de enfermo con los que se te ve todo el culo, sino que llevaba unos pantalones blancos de pijama y su torso no tenía una camiseta, ya que estaba cubierto de un vendaje alrededor de las costillas y una gasa con una pequeña mancha roja a la altura del abdomen al lado izquierdo.

Jared se llevó las manos a la cabeza y las deslizó hasta sus ojos tapándoselos completamente.

- …Dios…

Chad se puso enfrente de él y le abrazó con fuerza. Jared se puso a sollozar

- Lo siento Jay, todo ha sido por mi culpa, llegué demasiado tarde.

Jared se retiró de él y vio que de sus ojos manaban lágrimas arrepentidas y tristes.

- ¿Qué dices tío? No es culpa tuya, es mía, no debí dejarle marchar, de no ser por ti, seguramente estaría en algún callejón muerto.

- En realidad… - ambos chicos abrieron los ojos como platos hasta que casi les tocaban las pestañas el pelo -la culpa fue mía, por gilipollas.

Se dieron la vuelta a una velocidad de vértigo. Jensen se había despertado y su voz sonaba ronca y lenta debido a la sonda nasal.

Chad salió corriendo de la habitación para llamar a un médico-enfermera-lo que fuera y de paso a los de seguridad para alejar a toda esa carroña de periodistas.

Pero Jared se quedó inmóvil viendo los ojos esmeralda del rubio que ahora se veían horribles por las ojeras, las lágrimas volvieron a escena.

- Jen, yo…

Un hombre con una bata blanca entró en la habitación seguido por una enfermera de unos 26 años. El hombre se acercó a Jensen.

- ¿Qué tal te encuentras muchacho? Soy el doctor Manners.

- Bien…creo. Me duele todo.

- Eso es normal, en un par de días podrás irte. La costilla rota se curará en unos quince días, y la herida del abdomen tardará algo mas, pero te hemos dado puntos así que tendrás que tener cuidado con los movimientos que hagas.

- Vale. - la voz del rubio sonaba cansada.

El doctor retiró con cuidado la sonda de la nariz del enfermo que casi se ahoga. Miró a Jared antes de salir de la habitación y le dedicó una sonrisa que tranquilizó al muchacho. Cuando cerró la puerta, un silencio incómodo se volvió a adueñar de la habitación. Pero claro, Jensen era demasiado infantil como para aguantar eso.

- Ya le has oído, nada de follar hasta nuevo aviso. - una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su cara, pero a continuación hizo una mueca de dolor, los puntos de la ceja y la mejilla le tiraban demasiado.

- Jen…no hagas bromas con esto por favor - la cara del rubio cambió a tristeza al ver como la cara de su novio se deshacía en lágrimas.

- No ha sido culpa tuya. Solo fue mía, si te hubiese hecho caso, nada de esto habría pasado, siento..siento haberte hecho llorar.

El alto se abalanzó sobre el bajo y con cuidado de no hacerle daño le abrazó. Este le devolvió el cariño acariciándole la espalda con la mano libre.

De pronto la puerta se abrió y apareció nada más y nada menos que el huracán Donna Ackles, seguida de la tormenta perfecta Mac.

-¡CariñoJenny! - lo dijeron a la vez.

Su madre se llevó las manos a la cabeza y empezó a hablar descoordinadamente.

- Por el amor de Dios….mi pequeño…mi bebe…. ¿quien te ha hecho esto? Le voy a matar….mi tesoro…. ¿estas bien?....

- Jenny, estas tonto, como te dejas pegar…..pero si tu siempre ganabas a los que se metían conmigo…..menos mal que estaba aquí Jared….eres tonto……

- Eh eh eh, por dios, bajad la voz, me voy a quedar sordo.

Su madre y su hermana hicieron caso omiso y volvieron a la carga, le invadieron con millones de preguntas, al parecer no estaban al tanto de que hubiera sido Kripke por lo que decidió omitir los detalles. Su versión fue que le asaltaron en mitad de la calle.

Cuando por fin se fueron, Jared se sentó a su lado.

- Dios, que día más largo.

- Dímelo a mí, estoy reventado.

- Lo siento, por haberte dado este susto.

- No digas bobadas. - Jared cogió su chaqueta. Parecía dispuesto a irse, pero antes de alejarse del rubio, noto que algo se agarraba a su camiseta. Se giró y vio unos ojos tristes.

- Jay…¿te importa quedarte conmigo esta noche? Los hospitales me dan miedo.

Jared contuvo una risa.

- No pensaba irme de aquí. ¿estás tonto?. No te voy a perder de vista.

- Bueno, vale.

Jared depositó la chaqueta en un armario, que era lo que tenía en mente antes de que Jensen le suplicara quedarse, y se sentó a su lado.

- Esto…¿qué es eso de que te dan miedo los hospitales?

Mierda.

Cuando Jensen se lo dijo, se le escapó, se suponía que era su secreto.

- Yo…yo no he dicho eso.

Que mal se le daba mentirle. Al resto vale, pero a su novio era 100% imposible.

- Jensen….

- Jop, vale. Te lo cuento. Pero no te rías vale.

- Te lo prometo.

- Cuando era pequeño, me operaron de los oídos porque tenía una infección. Yo, como era claro, estaba acojonadisimo de la vida. Pero el médico me dijo que me iba a dar un globo, así que me alegre, todo el camino hasta el quirófano le pregunté por el dichoso globo y cuando llegamos me colocaron unos parches en el pecho y me dijeron “Toma globo” y los muy hijos de puta me pusieron la máscara de la anestesia. Desde entonces asocio los hospitales con mentiras, te pueden prometer una piruleta y al despertar encontrarte con un riñón de menos. Por eso cuando me llevaste a tu casa no quería ir al médico.

- Aja….ujjmm….ujmjmm…pffffffff JAJAJAJAJAJAJAJAJA

- EH! Me dijiste que no te reirías. Eres un mentiroso.- Le lanzó la almohada a la cara.

- Lo siento tío, pero…admítelo, eso es tonto de cojones. Es divertido.

- No te vuelvo a contar nada. - Jensen recogió su almohada y la colocó como buenamente pudo con la única mano libre. Giró la cabeza y puso cara de indignado.

Jared se levanto y le hizo carantoñas.

- Anda, no te enfades… ¿Te cuento yo un secreto?

- Déjame en paz.

- Anda…que te vas a reír mucho. Nunca se lo he contado a nadie.

- Que me dejes, coño.

- Que si tonto, escucha…Una vez me estaban contando un chiste mientras comía fresas, y me reí tanto tanto que me atragante y una fresa me salió por la nariz.

Jensen giró la cabeza con cara de sorpresa que rápidamente se transformó en una sonora carcajada.

- JAJAJAJA, ala que estupido,…ostias….que me meo….JAJAJAJA….AUCHH, joder

Se llevó la mano al abdomen y puso cara de dolor. Jared levantó la sabana para comprobar que los puntos seguían en su sitio. Menos mal.

- ¿me perdonas por haberme reído de ti?

- Si tonto, anda, dame un besito de buenas noches.

Jared le dio un casto beso y dejo que se recostara. Él se sentó en un sillón que había pero vio la cama libre de la habitación y pensó ¿Qué coño? Se tumbó cuan largo era y sonrió una última vez antes de quedarse sobado porque Jensen estuviera bien.

TBC

domingo, 10 de mayo de 2009

Capitulo 12

Bueno.....no me comentas Handy y eso esta muy mal, joder.Al final me voy a cabrear eh Hey, a que mola mi nueva cabecera *ojitos*

Ala ala capi de hoy.

CAPITULO RETROVISOR (12)

Jensen iba con paso decidido hacia el puerto, su intención era solamente hablar, tenía un montón de preguntas y si llegaba a un acuerdo con él, mejor que mejor, ahora, que si no quería hablar, pues no se hablaba oye, que tenía él una ira contenida de padre muy señor mío.

Esperó bajo la luz de una farola unos diez minutos hasta que algo le alumbró los ojos, un reflejo, como de un reloj. Supuso que sería Kripke, ¿a que coño jugaba?, pero como pasaba de historias, se metió en el callejón en el que se suponía que estaba. Al llegar a la mitad de la oscura callejuela vio que no era más larga que un autobús, sin salida, con un contenedor de basura a un lado. En todo el medio estaba Eric con una sonrisa triunfal, no sabía de que, y con los brazos cruzados a la altura del pecho.

- Llegas tarde Jenny Jen

- Si no estuvieras jugando al escondite ya estaría en mi casa.

- Bueno princesa, take it easy. - ese aire de suficiencia le sacaba de quicio - y bien, ¿qué quieres?

- Hablar.

- ¿De que quieres hablar? De chichas, de chicos, de engranajes…

- ¿Por qué? - Eric le miró con un poco de ira, nadie le cortaba mientras hablaba.

- ¿Por qué qué?

- ¿Por qué eres así? - tenía que intentar sonar lo menos derrotista - ¿Por qué me has hecho esto? Yo no te he hecho nada, me limito a competir, juego limpio y a pesar de todo, te has inventado toda esa parafernalia para hundirme. ¿Por qué?

- Porque te odio Ackles, sencillamente por eso. - el tono de Eric sonó crispado pero aun así, el rubio mantuvo la calma.

- Eso ya lo veo, lo que no llego a entender es por qué. Vale que somos rivales por todo esto del campeonato y el mundial y bla….pero, una cosa es odiarme y otra joderme la vida, que es lo que has hecho. ¿por qué te inventaste lo de las drogas? Manipulaste la grabación

- Se siente. -sonrió con suficiencia. - Además sabotearte fue demasiado sencillo, tu jefe es tan tonto que no hizo falta ni falsificar los resultados de los análisis que se suponía que tenían que hacerte, así que con manipular tu grabación fue suficiente. Así que lo dicho, se siente.

- ¿Pero...como que se siente? ¿Es que no lo ves? Por tu culpa puede que no me vuelvan a dejar competir - ahora si que alzó la voz aunque sonó dolida - has ido diciendo que me drogo y la gente no hace mas que hablar mal de mi, me has insultado públicamente, y no contento con eso insultas a mi familia. ¿Qué cojones pasa contigo? -ahí su voz ya sonó mas enfadado.

Eric avanzó unos pasos y le señaló furioso.

- A mi no me levantes la voz niñato porque la tenemos.

- Ah si? Pues a lo mejor la tenemos, porque es lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo - se puso a su altura, a pesar de ser un poco más débil que él eran igual de altos.

- Ooo la princesa se pone dura eh, no digas gilipolleces que al final te voy a tener que pegar y no me gusta pegar a las chicas.

- Vaya, no decías eso cuando casi te parto la nariz eh desgraciado.

Fue la gota que colmó el vaso, Eric lanzó su puño contra la cara del rubio que esquivó hábilmente, el otro volvió a repetir la jugada con el otro brazo y le paso rozando la oreja a Jen, que aprovechó la inercia de Eric para agarrarle del brazo y tirarle al suelo.

Este rodó por el suelo pero en menos de una décima de segundo se puso de pie, oh vaya, el mariquita le había burlado los puñetazos, se iba a enterar.

Corrió hacia él, pero Jen era mucho más ágil, por lo que volvió a esquivarle y antes de darse cuenta tenía un mono subido a la espalda, ah no, que era Jensen.

El pecoso se aferraba con las piernas a la cintura de su rival e intentaba inmovilizarle los brazos para que se dejara de menear, recibió algunos manotazos en la cara y otros en los costados pero se quedó flipando cuando notó que descendía a toda velocidad. El cabrón de Kripke se había tirado hacia atrás.

La espalda de Jen retumbó contra el suelo y el pesado cuerpo del moreno impactó en su pecho. Soltó un jadeo por el dolor y porque no podía respirar.

Turno de vendetta para Eric, se levantó a toda prisa y agarró a Jensen por la camiseta levantándole casi con fuerza sobrehumana y le empotró contra la pared más cercana. Allí le incrustó su puño en la mejilla derecha, y otro, y otro del otro lado. El rubio se recuperó de la impresión que le había echo quedarse paralizado y le arreo una patada en la boca del estomago. Eric retrocedió, oportunidad que aprovechó Jensen para lanzarse sobre él, simplemente le placo, así sin mas, Eric cayó estrepitosamente al suelo y Jensen se arrodilló encima de él y empezó a devolverle todos y cada uno de los puñetazos que le había dado y algunos extras por gilipollas. Con cada puñetazo, los nudillos heridos le retumbaban fuertemente. Pero se sentía furioso, aquel desgraciado le había jodido la vida y ese era su momento de gloria.

Aunque claro, la gloria y la victoria duran poco cuando juegas con tramposos.

Eric gritó dos nombres y de detrás del contenedor salio un bigardo como un armario de tres puertas.

El rubio se levantó y le miró acojonado, decidió que casi mejor que se iba a casa, pero algo le bloqueaba la salida del callejón, parecía un muro, ah no, era otro matón, del tamaño del muro de Berlín.

Eric se levanto, tapándose la nariz chorreante de sangre con la mano y con una mirada de asco murmuró:

- Dadle su merecido a esta señorita.

Ambos gorilas rieron de forma estúpida. Joder, casi parecía una película.

El pecoso intentó escabullirse del callejón, pero uno de los esbirros de Kripke le agarró por detrás y le levantó medio metro del suelo a la vez que impactaba su cuerpo contra el muro y un gigantesco puño se hundió en su estómago cortándole hasta la respiración.

- nnnggg - puso los ojos en blanco, y Eric se rió como un loco.

- Sufre, perdedor.

El gorila le dejó caer al suelo, y antes de que pudiera hacer nada le volvió a agarrar por los brazos y le elevó un par de palmos, como si fuera un simple muñeco. El otro matón que hasta ahora no se había divertido se acercó y con una sonrisa demente le propinó un puñetazo en la frente haciendo que un chorrillo de sangre saliera de la parte superior de su sien izquierda. Un mareo inmenso le recorrió su cabeza de Este a Oeste obligándole a cerrar los ojos, pero antes de poder asentarse notó como algo frío y afilado le rajaba la piel, abrió los ojos y vio como el siervo le estaba rajando la barriga con una navaja. Al principio fue solo un rasguño pero poco a poco el filo se fue introduciendo más y más en la piel. Jensen ya no sentía el mundo, solo sentía el dolor, el mareo, la fiebre…. Soltó un grito desgarrador y Eric se acercó a él...con una tabla de madera.

- Calla la boca nena - un golpe seco le recorrió todo el costado, sin duda le había partido una costilla. ¿Por qué coño no habría hecho caso a Jared?

De pronto algo sucedió, una voz a lo lejos…

- OSTIAS LOS MADEROS

Pero la voz no era de ninguno de los allí presentes, venía de fuera del callejón.

Eric se asustó, si la poli le pillaba allí de seguro que se metería en problemas.

-Soltadle, vámonos. YA.

Los dos gorilas le tiraron al suelo y huyeron a toda leche.

Jensen se intentó incorporar, una masa de sangre salió disparada de su boca y un dolor intenso le recorrió desde el abdomen hasta el costado. Se le agarró con la mano mientras intentaba incorporarse. Tenía que salir de allí, al menos hasta un sitio donde hubiera gente que le pudiera ayudar.

Se calcó en la pared e intentó dar un paso, pero la vista se le nublaba y no conseguía ni ponerse derecho.

Una sombra al final del callejón gritó su nombre. No sabía quien era, Jared desde luego que no. ¿Sería un policía? Intentó dar un paso, pero nada mas levantar el pie, todo su cuerpo cayó como un fardo, mientras terminaba de escupir sangre. La sombra se acercó y se agachó a su lado.

- Jensen, Jen, eh, mírame, háblame, todo esta bien, he llamado a una ambulancia.

Unos ojos pequeños y un pelo rubio le hablaban…intento enfocar la vista… ¿Chad? ¿Qué coño hacía Chad ahí?

- Venga tío, dime algo

- Llama….a Jay - esfuerzo sobrehumano finalizado.

Sus ojos se cerraron y su mente se marchó a otra dimensión.

TBC


domingo, 3 de mayo de 2009

Capitulo 11

Jolines jolines, a ver si me comentas u.u

CAPITULO EMBRAGUE (11)

- Atchús!

- Jesús...

Jared se sorbió por milésima vez la nariz. La previsión de Jensen había sido la correcta.

La parejita se había agarrado un resfriado de tres pares de narices.

Ambos chicos tenían la nariz totalmente roja e irritada ya que no se despegaban de los pañuelos de papel; tenían un dolor de cabeza constante y un malestar general.

Así que ahí estaban los nenes, uno espatarrado en el sofá tapado con dos mantas enormes, una de cuadros rojos y blancos y otra verde pistacho, se las regaló mamá Padalecki hacía varios años porque según ella, en esa casa hacía un frío de mil pingüinos. En una mano tenía un pañuelo que pocas veces se alejaba de su nariz y con la otra manaza sostenía una caja de kleenex para él solito.

Y el rubio estaba acurrucado en el sillón, con una rodillera de neopreno que le sujetaba la rodilla amoratada y una venda en la muñeca derecha apretada firmemente para que no se le volviera a abrir, y todo él envuelto en una manta. Ya era la segunda vez que tenía fiebre, joder, con lla facilidad que tenía para ponerse malo. Si incluso en una ocasión, cuando era niño, estuvo tres días en cama con fiebre, por haber visto una maratón de películas de Godzilla. Donna se cabreó con él de mala manera pero como al niño le subió la fiebre pues a cuidar de él.

Los dos chicos veían la televisión a un volumen audible solamente por perros.

Y hablando de perros. Durante todo ese tiempo, los pequeños de Jared habían congeniado genial con el rubio, jugaban con él, le lamían y se tumbaban encima de él. Eran super cariñosos. El novio de su amo era estupendo. Aunque claro, más de una vez se ganaron una regañina por molestarles en plena faena ya que Jay no había cerrado bien la puerta de la habitación. Pero, es que cuando se está excitado, la puerta te importa mas bien entre poco y nada.

Pero ahora, con el resfriado que se habían cogido no tenían muchas ganas de jugar y hacer travesuras con los juguetes y mucho menos jugar con los perros; por lo que Sherri se los había llevado a su casa con el resto de la familia Padalecki para que no les molestasen.

De paso que fue a casa de Jared, conoció por fin al famoso Jensen Ackles, no famoso por ser piloto de carreras, sino famoso porque Jared le había hablado hasta el infinito de él. Desde el mismo día que le conoció, llamaba a su madre todas las noches contándole cómo era su novio y lo feliz que era a su lado. Eran como las mejores amigas, todo el día colgados del teléfono. Pero Jensen tampoco se quedaba corto, él hacía lo mismo con su hermana Mac, ya que hablar de eso con su madre le daba una vergüenza espantosa. Bastante fue decirle que era gay.

Como dos “buenAs adolescentes” que eran, Jared y Jensen estaban viendo One Tree Hill. Jen no sabía por qué, pero el protagonista de la serie era clavadito a Chad, pero el amigo de Jay era gracioso y alegre y el de la serie era un seta. Prefería al Chad original, aunque fuera un payaso.

Comenzaron los anuncios que para Jared eran lo mejor de la tele, algunos eran más malos que la droga, pero otros se merecían un Pulitzer.

El rey del mando, es decir, el rubito, empezó a zappear de un canal a otro, hasta que se paró en el canal de las Noticias, y justo, una reportera estaba entrevistando a su “buen amigo” Eric Kripke.

El más bajo saltó del sillón, se aferró al mando y subió el volumen a la vez que se arrodillaba delante del televisor soltando una mueca de dolor al apoyar la rodilla, la cual tenía un moratón enorme.

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- ¿Novato? - Jen señaló la televisión con el dedo y miró a su novio - ¿qué coño sabe? Cuando él estaba de fiesta en la Universidad, yo ya estaba entrenando. ¿Y por qué cojones tiene que meter a mi hermana en esto? ¿POR QUË? - alzó la voz haciendo que tanto su cabeza como la del moreno retumbasen del dolor.

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Jensen cerró los puños y un brillo de ira apareció en sus ojos. Jared se estremeció, sabía de sobra que iba a estallar de un momento a otro y rezó porque no lo pagara con él, y mucho menos con la televisión.

El moreno quería apagar la tele o simplemente cambiar de canal, sabía lo mucho que le jodía a Jen todo esto y escuchar esas gilipolleces era lo último que necesitaba. Pero no pudo hacerlo ya que el rubio se aferraba tan fuertemente al mando a distancia que parecía que tenía una bomba de presión entre las manos y no podía soltarlo pasara lo que pasara.

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<> *flop*

El televisor se apagó de pronto.

- POR ENCIMA DE MI CADÁVER GILIPOLLAS

Un Jensen muy cabreado tiró el mando a distancia al sillón y se encerró en la habitación que ocupaba cuando estaba en casa de Jay, dando un portazo tan fuerte que un cuadro de la pared del salón cayó haciéndose añicos.

Jared pensó durante unos minutos qué hacer, tenía que entrar a consolarle o calmarle o lo que fuera, pero no quería convertirse en su muñeco de boxeo particular.

Al final, se armó de valor, se dirigió a la puerta de la habitación, golpeó suavemente la madera y entró despacio.

El rubio estaba golpeando la pared con los puños, tenía las mejillas llenas de lágrimas, no sabía si por la rabia, si porque le sangraban los nudillos o por qué, pero lo que sí sabía era que como siguiera así se iba a reventar la mano, o le iba a desconchar la pared. Dependiendo de cual de los dos fuera más resistente.

- Jen…Jen, para…por favor.

Pero el chico no se inmutaba, estaba muy concentrado en encontrar los cables de la luz que surcaban el interior de la pared a base de puñetazos. Jared le tocó tímidamente el hombro temiendo que le reventara la cara.

Pero el bajo no descargó su ira contra él, sino que dejó que las lágrimas le resbalaran velozmente por la cara mientras se apoyaba en la pared con su ensangrentado puño izquierdo.

- Tanto esfuerzo para…nada - sus palabras brotaron de sus labios en un leve susurro derrotado - …no sé que hacer.

El alto le miró fijamente, le agarró por lo hombros y le sentó en el borde de la cama, se sentó a su lado y dejó que su chico apoyase la cabeza en su hombro deshaciéndose en un mar de lágrimas. Jay se limitó a acariciarle el pelo y a tranquilizarle con unos “shh”; “tranquilo” y “todo se arreglará”.

Cuando éste dejó de llorar, fue a buscar agua oxigenada y unas gasas para limpiarle los nudillos. El pecoso se sorbió la nariz, si ya tenía bastantes mocos con el resfriado ahora era una fábrica de ellos. Jared volvió al poco y se puso de cuclillas frente a él mientras le rociaba los nudillos con el líquido transparente. De ellos comenzaron a emerger millones de burbujitas blanquecinas. Y el mayor no pudo evitar sollozar un poco ante el escozor. Igualito que un niño pequeño.

- Siento lo de la pared - Jared giró la cabeza y observó la pared salpicada de sangre.

- No pasa nada, ya lo limpiaremos - su voz sonó dulce y suave.

- ¿Por qué tiene que ser tan mala persona? Yo no le he hecho nada.

- No lo sé, supongo que porque la gente se lo consiente.

Jensen se quedó callado durante unos instantes, luego se incorporó rápidamente tirando al suelo las gasas que le había colocado el menor en los puños.

- Pues ya va siendo hora de que alguien le dé su merecido.

Cogió ropa del armario, sí, había llevado ropa a casa de su novio, y se puso a vestirse.

- ¿Qué...? ¿A dónde vas? ¿No pensarás salir a la calle? Estas enfermo

- Me da igual, voy a quedar con ese cretino para decirle unas cuantas cosas.

- Jen, no hagas el bobo, sabes que te puede y no quiero ir a buscar tu cadáver a algún callejón de mala muerte.

Jensen simuló una sonrisa despreocupada y miró cariñosamente al moreno. Era tan tierno cuando se preocupaba por él.

- No te preocupes, solo vamos a hablar - depositó un beso en el hombro del alto y este le devolvió uno en la frente. - No tardaré mucho.

El pecoso marchó de la casa, pero Jared tenía un mal presentimiento con todo eso así que le espió desde el telefonillo del portal de su bloque, que tenía pantallita para ver a los plastas que te meten publicidad por debajo de la puerta.

Esperó pegado al auricular y por fin vio salir a su novio con el móvil en la oreja.

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Jared tragó saliva, esa frase la había oído miles de veces en las películas y nunca acababan bien.

Dentro de una hora.

Tenía que pensar en algo, y rápido. Sacó su móvil del bolsillo de una cazadora y marcó un número.

- ¿Diga?

- Necesito tu ayuda…

TBC